Amb el mar de pantalla

martes, 6 de julio de 2021

Un senyor llibre d'un senyor escriptor








 Tomás Nevison, de Javier Marías

Aquest ja deu ser el cinquè o sisè llibre que llegeixo de Javier Marías - al prestatge en tinc cinc, però sé que n'he llegit algun més - i, com sempre, ho he fet amb una enorme admiració, que no excusava unes certes ganes d'acabar-lo per poder donar pas a alguna altra lectura pendent.
Com, amb tot, és el primer d'aquest autor que comento en aquest blog, en copio una de les seves biografies que he trobat a Internet.

Javier Marías

(Madrid, 1951) Escritor español. La notable perfección técnica con que elabora sus novelas, que se inscriben en una línea de experimentación narrativa, es el rasgo característico de este autor traducido a muchas lenguas y que goza de unánime estima por parte de la crítica europea. Sus obras reflejan de forma irónica, distanciada e introspectiva la perplejidad que genera el perpetuo contraste entre realidad, apariencia y memoria.


Javier Marías

Hijo del filósofo Julián Marías, se licenció en filosofía y letras; durante dos años llevó a cabo su actividad docente como profesor de literatura española en la Universidad de Oxford y en el Wellesley College (Massachusetts). Ya desde sus primeros títulos se reveló como una de las voces más personales de la narrativa española del momento. El autor, cuya voz es perceptible en todas sus obras, desarrolla personajes complejos y situaciones inciertas, explorando con sutileza nuevas fórmulas literarias. Aunque el marco de sus novelas y cuentos es la vida cotidiana, son frecuentes las referencias culturalistas, en su mayor parte tomadas de las letras inglesas, de las que es gran conocedor (obtuvo el Premio Nacional de Traducción en 1979 por sus versiones de Laurence Sterne, uno de los autores más complejos de esa lengua).

Publicó antes de los veinte años su primera y ya madura novela, Los dominios del lobo (1971), llena de peripecias ambientadas en Estados Unidos, escrita en un estilo ágilmente periodístico que rendía homenaje tanto al admirado cine hollywoodiano de las décadas de 1950 y 1960 como a un olimpo privado de novelistas norteamericanos, entre ellos William FaulknerDashiell HammetHerman Melville y S. S. Van Dine. La novela constituyó uno de los primeros indicios de la revuelta generacional de la década de 1970, que llevaría a un interesante grupo de novelistas y de poetas (conocidos con la denominación de "novísimos") a rechazar la tradición literaria española que se identificaba, sobre todo, con el color local de varias etapas de realismo.

Javier Marías fue uno de los máximos exponentes de esta nueva tendencia estética que situaba su propia filiación cultural fuera del ámbito ibérico, oponiéndose de forma directa al pomposo amor por la patria que predicaba el régimen de Francisco Franco, pero también a la literatura didáctica y militante de sus oponentes. Con Travesía del horizonte (1973) experimentó una escritura elaborada sobre los cánones de la novela eduardiana, exhibiendo la influencia de Joseph Conrad y de Henry James como provocador manifiesto artístico, que reivindicaba para el hecho literario la primacía de una creatividad libre de las obligaciones testimoniales, tanto en la elección de los temas como en los elementos expresivos.

Como muchos otros autores de su generación, parece tener de español sólo la lengua; sus ricas construcciones sintácticas y su léxico exquisito no pueden prescindir, sin embargo, del patrimonio de elegancia formal que hunde sus raíces en el Siglo de Oro. El hecho de que el lenguaje se exprese a veces a través de los escritores más de lo que están dispuestos a admitir se demuestra en la original obra El monarca del tiempo (1978), que Javier Marías definió como "novela" a pesar de estar formada por tres narraciones, un ensayo literario y una pièce teatral, unificados por un sutil y versátil análisis de las implicaciones temporales de la verdad, analizadas con argumentos muy variados, que toman como referencia desde un general napoleónico hasta el Julio César de Shakespeare, pasando por un ángel sobrenatural.

Con la novela El siglo (1983), considerada como uno de los ejemplos de narrativa más interesantes del posfranquismo, Marías diluye el experimentalismo inicial para narrar las vicisitudes que tienen como marco un país al que nunca se nombra, pero que una inconfundible guerra civil permite identificar con España, a pesar de los improbables paisajes de su geografía y de las polivalencias lingüísticas de los nombres de algunos personajes. Con una prosa ora solemne, ora burlesca, que evoca los refinamientos estilísticos del barroco, especialmente el inglés, la novela cuenta el parabólico destino de un ambiguo personaje, nacido no por casualidad en 1900, que se identifica tortuosamente con los esplendores y las miserias de la España del siglo XX. Una historia de impulsos nobles y de elecciones ignominiosas, de pasiones trascendentales y juegos rudos, cruzada por un austero sentimiento de la muerte que la transforma en un renovado desengaño de nuestro tiempo, y que pertenece tanto a la tradición española como a la cultura del mundo occidental.

El tono suavemente irónico y reflexivo, así como el permanente protagonismo del narrador en intrigas un tanto nebulosas, vuelven a aparecer en Todas las almas (premio Ciudad de Barcelona, 1989), evocación desmitificadora de los dos años que pasó en la Universidad de Oxford. No obstante todos estos brillantes antecedentes, Javier Marías no comenzó a ser un escritor verdaderamente popular hasta Corazón tan blanco (1992), libro de estructura circular que versa sobre los peligros de indagar en el propio pasado corriendo el riesgo de descubrir lo que debería permanecer oculto, y con el que obtuvo el Premio de la Crítica.

Su siguiente novela, Mañana en la batalla piensa en mí (1995), cuenta un hecho sobrecogedor que tuvo consecuencias imborrables en la vida del personaje principal, un guionista de televisión y escritor llamado Víctor Francés. Con esta novela se consolidó el prestigio y la difusión de Javier Marías, ya que llovieron sobre él los premios internacionales, entre los que sobresale el Rómulo Gallegos, que se le concedió ese año.

Posteriormente publicó Negra espalda del tiempo (1998) y emprendió una extensa trilogía con Tu rostro mañana 1. Fiebre y lanza (2002), a la que siguió Tu rostro mañana 2. Baile y sueño, en 2004, y que se completó con Tu rostro mañana 3. Veneno y sombra y adiós (2007). También es autor de los libros de relatos Mientras ellas duermen (1990) y Cuando fui mortal (1996), del volumen de ensayos Pasiones pasadas (1991), de la colección de biografías Vidas escritas (1992) y de las recopilaciones de artículos Literatura y fantasma (1993), Vida del fantasma (1995), Seré amado cuando falte (1999), El oficio de oír llover (2005) y Donde todo ha sucedido. Al salir del cine (2005). De 2011 son el libro de literatura infantil Ven a buscarme y la novela Los enamoramientos. En 2006 fue elegido miembro de la Real Academia Española.

He optat per aquesta biografia, a banda de per la seva extensió moderada, perquè, de manera més solvent de com ho faria jo, expressa gran part del que em suscita la lectura d'aquest autor, que després del 2011, ha seguit publicant títols molt importants : 

Así empieza lo malo (Alfaguara, 2014)

Berta Isla (Alfaguara, 2017) Premio de la Crítica de narrativa castellana

Tomás Nevinson (Alfaguara, 2021).

Personalment, feia anys que no el llegia - l'últim llibre seu llegit i comentat en un Club de Lectura, va ser Los enamoramientos, que em va encantar - però un dels meus Sant Jordis me'l va regalar a demanda meva, que havia sentit parlar molt elogiosament de Berta Isla, i em vaig sentir atreta per la portada d'aquest, que sabia que el continuava encara que es podia llegir aïlladament. Així de frívola puc ser!

Tomás Nevison és un senyor llibre, que fa honor al senyor escriptor que és Javier Marías.

Va d'espies, dels Serveis Secrets, de l'ETA i de l'IRA, de la conveniència, o no, de poder eliminar a temps qui se sospita o se sap que causarà enormes mals a la Humanitat, sobre l'evitació del mal major i la culpa de qui s'atreveix a decidir si n'és o no, de major.

La trama, que com diria qui jo em sé, es podria escriure amb cinc-centes pàgines menys, ens trasllada al 1997, i a un Tomás Nevison, el marit de Berta Isla, que es deixa temptar i torna als Serveis Secrets després d'anys d'haver-ne estat apartat i desaparegut. Ara es tracta que s'estableixi en una ciutat del nord-est espanyol - he estat incapaç de decidir si podria ser Oviedo, Lugo... o simplement una de totalmen ficcionada -  i que identifiqui, i potser elimini, una dona que es considera una artífex de greus atemptats massius d'ETA i de l'IRA, deu anys abans.

Però és que el que és important en aquesta novel·la, i en tota la producció de María, no és mai la trama, sinó les contínues, intel·ligents i documentades reflexions que vehicula i de què podríem dir que la història que se'ns explica ve a ser l'excusa. Sobre la condició humana, sobre els mecanismes de la història, sobre l'absurd de la vida social, sobre la responsabilitat col·lectiva, sobre l'oblit, la fidelitat, la culpa... Amén de l'erudició, enciclopedista, que tot ho amara i travessa, i que , aquí, té una inflexió clarament shakesperiana, amb repetides al·lusions i cites de Macbeth.

La trama, excusant els excursos ja comentats, on sovint es fa present la veu de l'autor, es desenvolupa d'una manera lineal i ordenada, encara que en diferents capítols s'alternen dues veus narratives: una en primera persona, que correspon al protagonista, i l'altra, en tercera, d'un narrador extern gens omniscient - tot i que en alguns moments ens faci alguna anticipació -, amb la qual cosa, podem trobar lleus matisos diferenciadors en el relat d'un mateix episodi.

Sobre l'estil i el llenguatge, què se'n pot dir d'un mestre com és Javier Marías? Indiscutible, brillant, equilibrat... modèlic, no és gratuït que ocupi un seient a la Real Academia de la Llengua Española.

De fet, crec que si les 680 pàgines de Tomás Nevison  mantenen l'interès del lector, valent, és sobretot per la qualitat de l'escriptura i la intel·ligència i erudició que amaguen.




No hay comentarios:

Publicar un comentario